abril 16, 2004

Las crónicas mariguanas de Javiercito Sierra

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Fue jueves, día de frikis zarrapastrosos en versión de Javier Sierra, director de la orquesta de mentiras que se distribuyen casi todos los jueves a través de Crónicas Marcianas y que hacen que se vean sensatos y decentes otros personajes habituales de la emisión, culpables sólo de famoseo y de mentiras mucho menos perjudiciales que las que guarda en su cartera de productos este mercader de la engañifa.

(¿Será cierto, por cierto, avisen si alguien lo sabe de cierto, que la presencia de tan insigne picaporte mental no es producto del interés del conductor y director Javier Sardá por exhibir sus paparruchas, sino que el panfleto inmundo Más allá compra el tiempo a Tele5 en el programa para promover sus trolas y vender más revistuchas a más víctimas e incautos? Nosotros no lo sabemos, pero nos interesa saberlo.)

El "invitado" de hoy es un chupapitos verdaderamente destacado. Para quienes no puedan ver la televisión española, se trata de "Juan Miguel" (así, sin apellido), un peluquero moreno, gordito, de grueso bigote negro, que se tiñe la estropajosa greña de rubio, estuvo casado con Karina ("protagonista" de la última mamada sideral de "El castillo de las mentes prodigiosas", según consignamos aquí), que presume de bisexual (ante el asombro del personal que no entiende que le pueda gustar ni a hombres, ni a mujeres ni a burros ciegos en primavera) y además se presenta antes en el programa con su última gracejada: es ahora actor de películas porno malíiiiiiisimas (pero malas en serio, si usted sabe cualquier cosa de pornografía, la identificará como una mala película porno, para empezar porque no hay erección que resista cuando este espantajo asoma los belfos en la pantalla), como se demuestra ofreciéndonos algunas de sus olvidables escenas en la pantalla.

Tan brillante personaje, tan creíble ciudadano, tan serio profesional, tan estudiado y modesto individuo, señorón tan enemigo del escándalo y noble hidalgo con tal sentido del ridículo seguramente no nos va a mentir cuando hable del mundo de lo misterioso, ¿verdad?

Ni menos que lo haga para promover su porno malamalísimapeor. ¿Cómo va uno a creer tal cosa?

Omitimos el resto del desperdicio de videocinta y procedemos a esperar la entrada de Javiercito Sierra, que se persona con Josep Guijarro, a quien autopsiamos brevemente más adelante.

Ah, vaya, el porno no tiene nada que ver, porque Sierra nos revela que Juan Miguel era una persona normal hace 14 años y fue entonces, en 1990, cuando se teletransportó con su esposa. ¡Guáaaaaau, Javier, qué habilidad!

¿Y se lo guardó hasta hoy que es actor porno? ¡Qué discreto, el caballero!

(Lástima que, para demostrarlo, Javier muestra una foto de Juan Miguel en aquellos locos años, con el mismo aspecto de espantajo que ahora pero más joven, con Karina, la ya citada creyente en brujerías y el auto del misterio que parece un auto normal.)

Breve la historia del pornopeluquero: iba en auto con su esposa en Barcelona y se teletrasportaron 6 kilómetros apareciendo en dirección contraria. Ofrece como prueba su sólido testimonio y su digna reputación. Absolutamente nada más.

Guijarro dice que los casos de "teletransportación" son "anecdóticos pero significativos".

¿Cómo?

No, mira, Josep, lo "anecdótico" lo es todo menos "significativo". La ciencia de verdad, no los embustes que tú mercas, no puede aceptar la evidencia anecdótica precisamente porque está teñida de subjetividad, carece de pruebas, se contamina de opinión, le escasea el rigor e incluye otros elementos que dan a lo anecdótico precisamente su nombre y su definición como algo referido a anécdotas en la cuarta acepción de anécdota: "Suceso circunstancial o irrelevante", según dice el DRAE.

Si eres capaz, Josepcín, hijo, de decir que algo es "anecdótico pero significativo" (que es como decir que algo es rojo pero verde), eres capaz de decir cualquier estupidez sin sonrojarte.

El acusado de periodista nos da la razón y dice las que corresponden: que la niebla es un episodio "muy común" porque "siempre se entra en esa niebla" al teletransportarse. ¿Se ha teletransportado Josep? Obviamente no. ¿Cómo lo sabe? No lo sabe pero finge. Jura que hay gente que se teletransporta a otros países niebla de por medio. ¿Sus pruebas? Lo bien recortada que trae la perilla, porque otra no tiene. Dice que existe eso porque se lo han dicho tipos como Juan Miguel, y considera que si él tiene tan poco seso como para trgarse con fruición tal lelada, seguramente tendrá clientes que le crean cuando él escupa las propias. Y las escupe.

Juan Miguel dice que 15 días antes de la misteriosa teletransportación que nadie vio, en Montserrat, tomó unas fotos de la virgen de la Moreneta en las que aparece algo muy raro. ¿Y las fotos? Ah, no las trajo, pero jura que las tiene en casa. No invita a su casa a verlas. Todo es "muy misterioso" (bostezo).

Javier Sardá se burla lo justo para salvar la dignidad.

El Guijarro mental habla de "tormentas temporales" (o sea, ha leído ciencia ficción, pero no hay físico que hable de tal fumada ni persona cuerda que se crea la ciencia ficción, que es noble artesanía de contar cuentos, lo decimos avalados por algún antiguo premio como narradores en ese género y estudiosos del mismo), de "arreglos espaciotemporales" (a saber qué carajos quiere decir eso) y de "abducciones extraterrestres" (¡perobutofcourse!, faltaba más). Para ello muestra una foto con un resplandor del sol en el objetivo o una mancha producto del descuido, pero que Josep presenta como "la niebla misteriosa" (sonido de viento ululante pasando de oreja a oreja por las vacantes cabezas de los honorables invitados).

Las fotos no demuestran nada, como ya demostraremos. Pero Javier (Sierra, aclaramos, porque en realidad da algo de vergüenza ajena que Sardá deba asistir a tal espectáculo, mucho peor que las barbaridades divertidas del resto del programa, que es irreverente pero no irrespetuoso) ahora quiere relacionar esta pamplina, probablemente producto del consumo de yerbita atontadora, con otro caso de otra mujer (sin más nombre que "Asun") que "meses antes" (sin decir fechas) se teletransportó en su auto 40 kilómetros en Canarias.

Para demostrarlo tienen una foto del automóvil al ladito de una carretera. Podría ser la foto mala de cualquier automóvil, teletransportado o no.

(¡Qué maravilla! ¡Qué asombro! ¡Qué solidez de argumentos! ¡Qué pruebas tan contundentes! ¡Qué hato de desvergonzados cobrones! [sí, con "o"], ¡Qué atropello a la razón, como diría Santos Discépolo!)

¿Quién es, entonces, el majestuoso mico llamado Josep Guijarro? Un negociante de buen ojo que ya a los 16 años fundó la misteriosa "Unión Autónoma de Investigadores Parapsicólogos (UAIP)", membrete pomposo que ya no existe y que seguramente "unió" a cuatro amiguetes con el sueño de vivir sin trabajar, como los de la lamentable RHOI de ahora. Innovador, Guijarro trata de imbricar a los ovnis con la parapsicología para poder presentar ofensas a la inteligencia en varios registros distintos (cobrando en todos). No se le conoce, pues, profesión honorable ni actividad digna. Desde su juventud mama de la ubre de los fenómenos para anormales y hoy funda su prestigio en el hecho de que trabaja bajo las órdenes de Sierra.

Periodista más creíble no lo hay como no sea Urdaci (los no españoles tendrán que buscar la referencia, era el vocero oficioso, obediente y mentiroso a control remoto del gobierno del PP que se acaba mañana para regocijo de casi todos).

Su página Web "oficial (jiji)" (de Guijarro, no de Urdaci, se entiende) es un poema a su intensa actividad en la tarea de desplumar incautos con libros, con simposios, en la radio y en la prensa comercializando pamplinas sobre ovnis, parapsicología, "civilizaciones desaparecidas" (de las imaginarias, se entiende, porque es dudoso que este zampabollos sepa nada de arqueología de verdad), "enigmas" (cajón de sastre de los embusteros), "historia ignorada" (donde tiene la caradura de afirmar que Hitler logró fabricar una bomba atómica, total, igual y era extraterrestre transdimensional de la Atlántida y se teletransportó a Austria, da igual), "conspiraciones" y, por supuesto, como corresponde a todo investigador serio, su propio invento (que él presenta mendazmente como "descubrimiento", truco que ya hizo muchas veces Juan JB con hielo).

El invento es... (fanfarrias): ¡"Friendship"!

¿Qué es "Friendship"? una conspiración "en el cono sur de Chile" (vaya usted a saber dónde conos o coños se encuentra el cono sur de Chile, porque este papamoscas no sabe que "Cono sur" es nombre que se da a la parte del extremo sur de Suramérica que forma, precisamente, un cono continental, y que la gansada del "cono sur de Chile" es sólo prueba de su enciclopédica ignorancia de la más elemental geografía).

(A reserva de un día reírnos más con ella, Friendship es una isla de extraterrestres, al parecer anglófonos, que existe pero que nadie ha podido ver nunca, y la "descubrió" desde Barcelona este tipoide, curiosamente cuando tenía el negocio de Karma 7 otro panfleto de asuntos para anormales.)

Pues ya, eso, no hay más, a dormir a casita. Un sujeto con cero credibilidad, presentado por otros dos sujetos con cero credibilidad, dice que le pasó algo maravilloso pero no tiene ninguna prueba, ni maravillosa ni de ningún tipo para sustentarlo.

La idea de los embaucadores es que si usted es tan ingenuote como para creerse tamaña trola, se le invita a que compre Más allá, donde con gusto y por unas monedas le contarán tantas mentiras como pueda digerir. No crea usted que vayan a consentir que ningún sentido de la decencia, la ética o la razón se interponga en su camino hacia los euros de los demás.

Y, si se descuida, le venden la Torre Eiffel y el Puente de Brooklyn.