abril 07, 2004

El castillo de los chantas pavorosos 3

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Imagínese que ve a los siguientes especímenes reunidos. Un mamarracho con dos pollitos amarillos de juguete ensartados entre el cabello. Un alucinado disfrazado de brujo de fantasía con sombrerito picudo y túnica, todo de color solferino subido. Un calvito con más rimmel que Carmen de Mairena, anillos de kilo y medio cada uno y con un tigre de peluche. Un simulador vestido de negro y con actitud distante y misticona. Un payaso vestido de astronauta del Folies Bergere (trajecito y capa plateados con pedrería) y una escupidera igualmente plateada en la cabeza, a más de anillos para competir con el peluches. Una abuelita rolliza y despeinada con un traje de noche en lamé dorado tan añejo como ella. Otra gorda disfrazada con los jirones sobrantes de la última producción teatral de Aladino y la Lámpara Maravillosa. Otro pájaro de cuenta vestido de cura (sin serlo).

La que no está (pero llega al revuelo) es otra gordita, fina vidente que no pudo prever un problema familiar que se presentó mientras ella cobraba en la tele y tuvo que salir de urgencia. La misma vidente que no pudo prever que se le cayera encima el techo. La reciben de regreso con aplausos.

Están los comparsas, disfrazados con capas rojas (incluido uno que sí es cura), excepto por una dama (con perdón de las damas) que lleva una peluca verde jódemelarretina.

¿Qué es?

No, no es el pabellón siquiátrico de una institución hospitalaria. Ni un casting de "La jaula de las locas", ni el más reciente performance de Yoko Ono ni, mucho menos, la tropa de payasos del Circo Belucci.

Todos los mencionados están en un programa de televisión en el que con todo descaro afirman poseer poderes paranormales, ser "mentes prodigiosas", diponer de conocimientos que nadie más tiene, ver el futuro, contactar con espíritus, curar lo que los médicos no curan, hablar con deidades misteriosas, controlar el clima, mover cosas con la mente

(Para quienes no están en España y no pueden disfrutar este desfile de la miseria humana moral e intelectual, les juramos que no exageramos ni mentimos, que lo de los pájaros de plástico o la escupidera en la cabeza no son producto de nuestra discreta mala leche, es así, asombrosamente, desafiando a toda lógica y toda razón... no exagero, no sería posible exagerar este espectáculo abominable.)

Pero este martes por la noche en que resignadamente nos ponemos a ver sus payasadas, lo que están haciendo realmente es publicitarse (porque saben que pese a su risible aspecto, a sus disfraces carnavalescos y a su soez comportamiento, cuando salgan tendrán llenas las "consultas") y para ello se ocupan minuciosamente de escupir majaderías y de insultarse entre ellos con singular denuedo. Cada uno descalifica a los demás. Intercambian ofensas, casi se retan a duelo, ofrecen un espectáculo digno de un patio de cárcel, de una verdulería de caricatura (donde dichos espectáculos no se interrumpen con anuncios): "Borracha", "Maricón", "Basura", son algunos de los botones de muestra de la profunda espiritualidad y lo prodigioso de estos rascahuevos.

(Paréntesis de cordura. Todos los charlatanes en todo el mundo tienen un comportamiento similar. Afirman que, efectivamente, en el universo de la videncia y lo ultraterreno hay muchos charlatanes pero, claro, ellos son la excepción. Este comportamiento engañoso y falsario se puede ver en las páginas Web y en las publicaciones y tartajeos mediáticos de otros supuestos "ocultistas" o "parapsicólogos" españoles que han albergado críticas contra este lamentable programa, tratando de hacer creer a sus víctimas que "ellos sí son serios". Por supuesto, si a engendros como los que nos escriben burradas con las que no demuestran para nada que posean los poderes que juran tener los hubieran invitado a la cobradera, allá habrían ido, con las plumas del trasero encrespadas como pavorreales en celo. El descalificar a sus compañeros diciendo que "sólo yo tengo poderes místicos" para trincarles la clientela es una de las trescientas formas más sencillas de detectar a un embusterazo.)

Joder, la noche pinta larga. Los anuncios son abundosos. Es evidente que diversos comerciantes consideran que la cantidad de público atento a estos papanatas justifica un gasto en publicidad nada despreciable. Al menos la presentadora, Alicia Senovilla, es guapa. Más que guapa, está buenísima. Mejor sería que trajera una falda más corta y no ese traje negro largo, porque la verdad en este zoológico hay poco que ver.

Falso: no hay nada más que ver que a la presentadora.

Entre el "tribunal" destaca un astrofísico que parece ser la persona más seria de todo este fandango, y que pasa las primeras dos horas de la injustificablemente prolongada emisión enrollado en su capa roja, callado, con gesto de entre vergüenza ajena y asco.

Más anuncios novedosos: los demás brujos dicen que Josefina en realidad no conocía a Lady Di. Increíble, ¿cómo podía uno dudar de que tan fina señora no fuera la vidente de Lady Di? (para quienes desean conocer uno a uno al hato de sacadineros que adornan este programa demencial, visiten la primera entrada de esta serie).

Otra terrible acusación: Josefina le quiere quitar "el aura" a la bruja Lola.

Bostezo...

Vamos a pasar el rato, mientras estos distinguidos infelices se gritan, con un bonito experimento para desenmascarar a los mentirosos que aseguran ver el aura.

(Nota sobre los experimentos antibabosos: mientras más sencillos, mejor.)

Se coloca un panel de, digamos, un metro ochenta de alto por dos metros justo ante una puerta. del otro lado de la puerta, a una distancia de unos cuatro o cinco metros, se pone al aurólogo y se le deja allí durante quince minutos. Cada minuto, el aurólogo deberá decir si hay o no hay una persona detrás del panel, guiándose, claro, sólo por el aura que supuestamente sobresale por encima del panel. Hay que tener cuidado solamente de que desde el sitio del auroimpostor no se puedan ver sombras de las personas que pueden o no acercarse al panel por la puerta.

Una forma más compleja del mismo experimento es llevarle 15 personas al aurólogo y que anote "el aura" que tiene cada una, y luego que las identifique por su "aura" conforme van pasando por detrás del panel en un orden establecido al azar.

Es necesario tener como controles experimentales a un científico y a un mago de escenario experimentado y serio, ya que éstos conocen mejor que nadie cómo hacen sus engaños los supuestos videntes.

El único problema de este experimento es que los aurocharlatanes casi nunca lo quieren hacer.

¿Por qué?

Porque sus resultados no son distintos de los que se obtendrían al azar. Dicho de otro modo: porque desenmascara sus paparruchas.


Mientras tecleábamos esto, los brujildos y las brujazas se acusan y se dicen lindezas. En particular es vergonzoso el caso del mexicano Jorge Astyaro, que al ver descubiertas sus "experiencias" como lo que son, trucos de mentalismo de escenario, acudió a la tramposa explicación de que "la gente decide si cree o no cree", suponemos que para no confesar que lo suyo es un arte escénica y nada más. Éste es el tipo de prostitución del ilusionismo que repele y repugna a magos decentes como Houdini, Randi y, más recientemente, Penn and Teller.

La Senovilla está muy bien. La enfocan poco. Lástima.

Más anuncios.

¡Qué vergüenza para Harry Potter!

¡Por fin! ¡Rituales mágicos! ¡Rompen un huevo en un vaso de agua! ¡Tartajean mariguanadas sin sentido en idiomas no existentes! ¡Es la reconciliación entre la mujer inflable Leevon "Kennedy" y el "Conde" Luconi, al que antes había acusado de estafador. Desapareció la acusación. Ambos se quieren y respetan. ¿Y los resultados del ritual? Nada. Sólo más broncas de la más baja estofa.

En lo que se llaman "falsos" (que es como tener a Al Capone acusando a Bugsy Siegel de "gángster"), nos acordamos de cuando el doctor (en física) Rafael Fernández Flores cometió la tontería de hacer un vídeo falso con un globo plateado que lanzó al aire. El único objetivo de este experimento era medir la credulidad de los ufólogos mexicanos. La medición determinó que el 100% de los ufólogos creyentes (los que cobran) es 100% crédulo, ya que ninguno puso en duda que el video del globo fuera otra cosa que una nave extraterrestre.

(Fue una tontería porque, después de que Rafael mostró el vídeo completo, en el cual se veía el proceso de rellenar de hidrógeno y soltar el globo antes de seguirlo con la cámara hasta el trozo que se le entregó a los credulazos, la gran mayoría de éstos se negó a creer que fuera un fraude. Dicho de otro modo, éstos son inmunes a las pruebas y a los hechos. El vídeo sigue flotando por ahí como "prueba" de la existencia de naves ultraterrenas. ¿Puede extrañarnos entonces que en sitios como El predicador, que es la cabeza visible de la tontería pomposamente autonombrada "Red hispana de ocultismo en internet" (RHOI) se sigan ofertando como "fotos de ovnis" hasta las más bastas fotografías de nubes lenticulares?

(Actualización, 21 de febrero de 2006: el sitio de la supuesta RHOI y "El Predicador" desaparecieron y no volvieron, por lo que su enlace lleva ahora al archivo de Internet donde está la última versión de la paginilla, del 6 de marzo de 2005.)

(Esto nos hace recordar que los espiritistas de fines del XIX y principios del XX tampoco quisieron creer en la confesión de Margaret Fox, pero eso da para otra entrada de este blog.)

"Divino Otelma", el hombre con nombre de vedette del Moulin Rouge en tiempos de Toulouse Lautrec, hace un ritual. Aramís Fúster (que es lo que se oculta bajo la peluca verde) lo acusa de usar el cuchillo incorrecto para eliminar las cargas negativas. Se ponen a discutir si lo que hace este esperpento es magia blanca o no. El agarrón llega de nuevo al alcantarillado. ¿Y los resultados del ritual? ¿Hubo magia? No lo dicen.

Dos horas de gansadas y demasiado pocos minutos de la Senovilla. Más anuncios.

"Oración metafísica para adelgazar", por Leevon "Kennedy" (mala suerte, en el momento en que la Senovilla anuncia el prodigio, la cámara enfoca la pancita de la ya provecta Leevon). Se insultan un poco más para no perder vapor.

La "Kennedy" dice más o menos: Juntan las manos mirando la luna, el sol o la naturaleza, con mucha determinación (aquí acude a una de las más peligrosas estupideces del hinduísmo, la de "mirar al sol", actividad que ha dejado ciego a más de un "iluminado", ya que es una práctica que no se debe realizar en modo alguno, digan lo que digan los brujetes y las maguetas y todo tipo de gurúes simuladores) y dicen "Amada presencia divina, yo soy, yo soy, yo soy", y luego dicen su deseo. Murmura: "Yo decreto que en este castillo haya paz y armonía", luego dice "Que así sea" y ya.

Ese ritual vale queso, porque en el chalecito que simula ser un castillo hay todo menos paz. Leevon "Kennedy" jura no tener cirugías plásticas (mala suerte, en ese momento la cámara enfoca sus gordísimos labios siliconados).

El Divino Otelma, disfrazado como el Emperador de Star Wars le trata de curar a Paco Porras una lesión inexistente en el brazo. Lola lo trata de curar de otro modo. Paco afirma que no lo curó nadie (y protesta agitando enérgicamente el brazo).

Bostezo... Hace hambre. Se antoja un sándwich de jamón y queso Emmental con mucha mayonesa.

"La lechuga es buena para el insomnio", jura Paco Porras (cosa de que te caiga una lechuga de doce kilos en la base del cráneo y duermes como un bendito).

Predicciones a ese otro impresentable llamado "El Padre Apeles", un sacerdote real pero habitué de la televisión, con una filia delirante por los reflectores y encantado de haberse conocido.

No importa quién hizo qué predicciones, piénselas y díganos cuántas de ellas se le aplican a usted, lector, lectora.

En el pasado usted tuvo una decepción y dejó de hacer algo que hacía y cambió de vida. Usted tiene un proyecto en la mente. Tiene o va a tener problemas en el hígado y la espalda. Debajo de esa máscara, usted es una persona dulce, muy sensible...

(¿Le atinaron? No se pierda, en algún momento de la Semana Santa o poco después, nuestra entrada sobre la verdad de los adivinadores, cómo adivinar cosas y la misteriosa "lectura en frío".)

Otras predicciones que hacemos nosotros, sin influencia astral alguna: Usted en algún momento de su vida ha sentido que otras personas no le permiten desarrollarse por completo, que si tuviera una oportunidad podría llegar más lejos o hacer realidad algún anhelo. Usted no es frío, al contrario, es una persona apasionada, aunque a veces tiene que mantenerlo en secreto, sobre todo porque las decepciones amorosas le afectan muchísimo. Usted es un luchador, que no se rinde fácilmente a la adversidad. Parte de su emoción está ocupada muchas veces por una persona muy querida que ha muerto demasiado joven, un familiar, o quizá un amigo muy cercano.

Piénselo... si nosotros fuéramos "Adnyari Maruján" (bonito nombre que con toda cortesía le queríamos regalar al hipnotista y adivinador llamado vulgarmente Manuel Capella, pero que nos devolvió sin siquiera dar las gracias) y estuviéramos en "El castillo del embuste prodigioso"... ¿no lo asombrábamos siquiera un poco? ¿No le interesaría que le hiciéramos una consulta particular gratuita (vaya, por la "voluntad", siempre que la voluntad llegue a 25 euros o los supere, pero gratis)?

Tal es la cosa, pues.

Miremos un par de segundos a Alicia Senovilla. Agradable perfil.

El tema no tiene desperdicio: es un collar de bostas de vaca del tamaño de pelotas de baloncesto sin cesar. La mayor parte del público se pitorrea de estos cretinos en mensajes SMS, pero no falta quien se toma todo el asunto en serio.

Llega al final esta mamarrachada. La mayoría de los "adivinos" dice que el dinero por el que están aquí está en el ánfora con listón rojo. Paco Porras y otros dicen que en el ánfora con listón verde. Nadie "adivina" el azul (la semana pasada estuvo mejor, hubo decisión dividida, o sea que alguien "acertó" a huevo [o por cojones, como usted prefiera]), no sin que estos tipos canten, claro. Estos programillas siempre expelen algún videoclip comercializable.

Los "videntes" nuevamente "adivinan" (sorpresa, ayes y ohes de asombro, incredulidad y supuesta "prueba" de que conocen "el futuro").

Le faltaron minutos de pantalla a Alicia Senovilla. Eso es lo único absolutamente cierto. Lo demás sería divertido, pero no lo es porque cada uno de estos desvergonzados abusa de personas de buena voluntad con sus embustes. Y eso hace que ni siquiera sea tan placentero como debiera el ver las sinuosidades de Alicia Senovilla.